2 abr 2013


Para Immanuel Kant la minoría de edad del hombre se basa en la capacidad que tiene este de actuar sin dependencia de otro, esto significa que la mayoría no es más que un límite virtual que nos impide actuar plenamente dentro de nuestras sociedades; cada individuo es libre de superar esta minoría de edad o por lo contrario decide vivir como  menor toda una vida siguiendo un patrón que le dice que debe hacer, pensar y como debe actuar.

Algunos individuos encuentran este hecho bastante cómodo, consideran correcto que otra persona piense por ellos y les diga que deben hacer, ya que les satisface quitarse la molestia de razonar, tomar decisiones y asumir consecuencias. Sin embargo, esta es una actitud que se opone a la naturaleza del ser humano, a su libre albedrío y al derecho humano a la libertad y al libre pensamiento.

Uno de los principales modelos y entes que restringen el desarrollo del ser humano es la iglesia en general, la cual, por medio de advertencias y amenazas, usando como método subyugante la antiquísima e irracional creencia de que el incumplimiento de los mandatos divinos los hará arder en el infierno por una eternidad, sin embargo, esto no promueve un mejor comportamiento ni un desarrollo en la sociedad, al contrario  genera una angustia al creyente que lo limita a usar su razonamiento por miedo.

Dadas estas condiciones de limitación y control excesivo mediante la presión social y las promesas divinas, son pocas aquellas personas que se han atrevido a rechazar el yugo que los somete y han decidido generar movimiento de ilustración en los individuos, porque es de suma importancia reconocer que hay que vencer una esclavitud de tipo intelectual y moral que está generando un retraso en las habilidades del ser humano y lo regresa a etapas primitivas, de este modo se generan guerras por falta de tolerancia y divergencia en posiciones políticas, religiosas o morales y adicionalmente lo hace un ser conformista que basa su conocimiento en dogmas y fe.

Es tiempo de que los seres humanos abramos los ojos y la mente ante lo conocido y lo desconocido, que tomemos la decisión de alcanzar la mayoría de edad, de generar nuestros propios razonamientos como individuos sin rechazar las ideas de nuestros pares, es importante tener iniciativa como el príncipe Federico, quien fue el primer monarca en dar libertad de religión a sus súbditos, convirtiéndose en el primer príncipe ilustrado que dejo de ver al hombre como una máquina, es hora de liberarnos de los engranajes y generar constructos mentales por si mismos.

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